Me arriesgaría a decir que todo el mundo ha leído la JLI/JLE de Giffen, Matteis y Maguire. O al menos ha escuchado sobre ellos. Pero de todas formas vale remarcar que esta etapa de la liga a bordo de estos autores fue legendaria, debido a que predomina algo que se había olvidado (y que sigue olvidándose a menudo) que es el humor. Y es que uno puede leer bastantes comics de supergrupos o de la misma JLA, pero apuesto que más de la mitad no recuerda completamente lo que ocurría en dichas etapas. Si le pides a alguien que recuerde todas las cosas que ocurrieron en cada numero de la JLA de Morrison o en Los Vengadores de Bendis y más de la mitad, solo recordara ciertos hechos puntuales de dichos runs o a lo mas lo dividirá por arcos. Pero para alguien que haya leído la Liga de GMM (los abreviare para no tener que repetir tantas veces lo mismo), no solo recordara que pasaba en cada arco, si no que puede llegar a acordarse de muchos números en concreto, como aquel legendario numero del puñetazo de Batman a Guy Gardner, aquel numero en el que la JLI debió trasladarse a un lugar más pequeño e inestable o ese número en el que se introducía al gran Manga Khan y un sin fin de números más.
Pero toda esta introducción no es para hablar de la JLI, si no para hablar del trabajo que este trió de autores que ahora están en DC (menos Maguire, Didio HDP) y que por un tiempo estuvieron en Marvel y se mandaron una miniserie con un grupo semi-desconocido que son Los Defensores. ¿Y cuál es la idea de este grupo? Básicamente era formar un grupo con personajes que en su tiempo o no tenían muy buenas ventas, no tenían serie propia o aquellos personajes que necesitaban mayor atención. La premisa parte con el Dr. Strange (conocido místico de Marvel, que pronto tendrá peliculita) que forma un grupo de héroes para enfrentarse a una gran amenaza. En esta miniserie, el Doc forma este grupo para poder detener a la amenaza de Dormammu, su eterno enemigo con cabeza llameante. Para esto recluta a “héroes” como Namor, Hulk y aunque llega un poco más tarde, Silver Surfer. Como es obvio este grupo debe enfrentarse a Dormammu, para que este no conquiste el mundo, con ayuda de su hermana Umar en esta ocasión. Con esta explicación puede parecer el típico comic de supergrupos, pero la gracia es que este trió de autores, logran formar un festival de risas aseguradas, con desencuentros entre los integrantes del grupo, comentarios sarcásticos por doquier (con un Bruce Banner y Namor que prácticamente solo hablan con sarcasmo), situaciones divertidas como las ocurridas al miembro del grupo y al mismo Dormammu y cabe destacar el excelente dibujo de Maguire, que no por algo se le conoce como el maestro en plasmar expresiones en un dibujo.
Concluyendo, les recomiendo a todo dar esta excelente miniserie. Se vienen tiempos oscuros para estos autores (exceptuando Maguire que está en Marvel y no la está pasando mal), por lo que todavía nos queda ver su potente legado y las obras casi desconocidas que perpetraron este trió de genios.
Por Christopher López.
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